domingo, 2 de junio de 2013

Mi vecino

Empezó en el verano cuando se mudó justo al departamento arriba del mío, tendrá 36 años, es morocho, piel tostada, dientes muy blancos pero no del todo parejos lo cual le da un aspecto salvaje, siempre anda en su auto negro lo cual lo hace más masculino a mi gusto.
Su novia, con la que vive, es rubia, muy linda, bastante pinta de gato pero fina. Un jueves estaba en mi cama leyendo, por torrar y empiezo a escuchar un ruido, era constante y cada vez más fuerte, al toque me di cuenta, estaban garchando arriba, me re calenté, puse la oreja contra la pared y escuchaba cómo le daba matraca a la novia, empecé a pajearme al instante, un rato largo pasó hasta que se escuchó un alarido, era él, ella ni se escuchaba, y al instante otro y otro, por lo que mi mente carburaba pensando en  los tres lechazos que mi vecino había largado.
Pasaron varios meses y una o vez por semana los escuchaba coger, siempre a la misma hora, tipo doce y media de la noche. Obvio yo los acompañaba con una terrible paja.
A veces lo veía en el ascensor y solo nos saludábamos cordialmente.
Hasta que una noche de marzo llego de un bar, había salido con amigos y estaba bastante borracho, mientras esperaba el ascensor veo que entra alguien por las cocheras, era él, con una camisa que le quedaba zarpada, me saluda y me di cuenta que estaba borracho también, yo sentía eso de "no me importa nada"que suele agarrarme cuando chupo mucho.
-Cuesta embocar la llave no? - le digo sonriendo.
-Ni hablar- me dice - y cuesta pilotear este estado con mi novia.
Llega el ascensor y marco mi piso solamente.
-Querés un café así llegas más derecho?- le pregunto.
-Dale viejo, me evitas una cagada a pedos- responde con un aliento a alcohol que me súper calentaba.
Llegamos a la puerta de mi departamento y haciéndome el que estaba más borracho de la realidad simulo que no embocaba la llave y no podía abrir. Desde atrás me dice:
-Estas peor que yo boludo- y prueba él abrir a lo que siento su aliento en la nuca, aprovecho y me tiro para atrás un poco logrando que me apoye un poco, como veo que no retrocedía hago más fuerza hasta sentir la apoyada a full y le agarro la llave y abro la puerta.
Entramos y se tira en el sofá como una bolsa de papas, yo voy a la cocina y pongo el agua en la pava para los cafés, vuelvo al living y lo veo con una mano adentro del pantalón, supongo agarrándose la pija y los ojos cerrados.
-Te pica o te estas pajeando?- le pregunto riéndome.
-... - no dice nada, sólo me sonríe con los ojos cerrados.
Me moría de nervios, no sabía qué hacer, quería avanzar pero no desubicarme, me quedé mirándolo y veo que seguía con la mano adentro del jean.
Entonces pasó, abre los ojos y con voz de muy borracho me dice, en realidad más que un café necesito una mamada.
Nunca pensé que era un chiste, ni lo dudé, me arrodillé al lado del sillón, le bajé el cierre y le saqué la pija, estaba morcillona, tremendo pedazo, gruesa como pocas he visto, me la metí en la boca y se la empecé a chupar, estaba salada, se la comí sin decir nada hasta que escucho la pava chillando, me levanto y la voy a sacar del fuego, vuelvo al living y lo veo parado, en bolas total, se me acerca y me agarra en la nuca, me chapa muy fuerte, metiéndome la lengua y con otra mano tocándome el culo. Me saca toda la ropa, quedamos en bolas y me dice "chupámela". Me arrodillo y se la mamo con unas ganas tremendas, una poja jugosa y sabrosa como pocas, por momentos me hacía parar y me escupía en la boca, y a veces se escupía la chota y me la metía en la boca con su saliva colgando. De repente me hace levantar, me lleva a la cama, me tira boca abajo y me empieza a comer el orto, lo chupó con unas ganas que estuve a punto de acabar dos veces, me cogía con la lengua y paraba para nalguearme de vez en cuando.
En un momento se aparta y siento que me apoya la chota, hace fuerza y la empieza a meter, yo tenía tanta calentura que fue entrando muy bien, era gorda y la sentía muy dura y caliente. Empezó a bombear y me cogió apenas unos minutos, se aguantó los gritos cuando acabó, fueron varios chorros, sentí como me alimentaba con su leche y acabé al instante. La sacó todavía bastante dura y me dijo "limpiala", se la chupé toda, hasta que me dijo:
-Ahora sí necesito el café-
Me lo cruzo con la novia desde ese día y solo decimos "hola" o "chau", aunque nos vimos otra vez... pero esa es otra historia...